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Cuando y cómo realizar el cambio de armario para mantener el orden y la limpieza en tu hogar

Da igual si estamos en primavera, verano, otoño o invierno, el cambio de armario es algo que nos da mucha pereza, pero cuando lo tienes, la tarea de vestirse cada mañana se vuelve mucho más fácil.

¿Te imaginas que nunca tuvieras que hacer estos cambios de armario?

Desde mi punto de vista, eso sería terrible. Significaría que vives en una zona del planeta donde no existen los cambios de estación, y, sinceramente, a mí me encanta lucir looks diferentes en cada estación del año.

Así que solo hay dos formas de afrontar el momento de realizar esta labor:

  • Con apatía y aflicción.
  • O con ánimo y alegría, pensado que es una oportunidad perfecta para hacer balance de nuestro vestuario.

Recuerda que es un momento ideal para hacer descartes y limpieza y así, dejar espacio para ropa nueva.

Pues, ¡vamos allá!

¿Cuándo realizar el famoso cambio de armario?

La forma más eficiente, sobre todo para que no te agobies, es hacerlo dos veces al año.

Normalmente, en el mes de octubre (cambio de armario de invierno) y mayo o junio (cambio de armario de verano) dependiendo de la zona de España donde vivas.

Yo, por ejemplo, vivo en Ferrol (A Coruña) y aquí, en ocasiones, el verano se hace esperar.

Eso sí, organízate para hacerlo un día que tengas claro que vas a poder acabar.

Como mucho, puedes acabarlo al día siguiente, pero no más, porque correrías el peligro de dejarlo a medias hasta el punto de que se te echara encima el momento de organizar la ropa para la siguiente temporada.

Ahora que ya sabes cuándo tienes que hacerlo, la siguiente pregunta sería:

¿Cómo hacer el cambio de armario paso a paso, de forma fácil y eficiente?

Lo primero y lo más importante, es ponerte ropa cómoda

Y para acompañar, elige la música que sientes que vas a necesitar ese día en concreto.

Quizás te has levantado con mucha energía y te apetece poner «Queen» a toda castaña o, todo lo contrario, tu semana ha sido muy estresante y te apetece poner una buena música relajante que te ayude a afrontar esta nueva tarea.

Da igual, lo importante es convertir esa dejadez que sientes por ganas de hacer el cambio.

Sigamos…

Segundo paso: Vaciar el armario por completo

Este paso es muy importante porque así te darás cuenta de la ropa que realmente tienes.

(No es la primera vez que veo a una clienta con cara de shock cuando ve toda la ropa que tenía en el armario).

Pero no lo vacíes de cualquier manera. Al hacerlo, ubica las prendas por categorías: pantalones, camisetas, chaquetas, etc.

Es más, incluso puedes hacerlo por subcategorías: pantalones vaqueros, pantalones de vestir, …

Quizás te lleves una sorpresa y te des cuenta de que tienes cinco pantalones vaqueros y siete pantalones de vestir, negros.

Explícame, ¿Para qué quieres tantos?

Para nada, lo único que hacen es ocupar espacio y aumentar tu frustración por tener que tomar la decisión de cuál ponerte, que te llevará sin remedio a decir la famosa frase “No tengo nada que ponerme”.

Ahora que el armario está vacío, ¡corre!, ve a por un paño húmedo y jabón neutro y aprovecha para hacer una buena limpieza.

Aunque no lo creas, a los ácaros les encanta vivir en el fondo de tu armario.

Llegamos al tercer paso: los descartes

Cuántas veces te ha pasado, que, al vaciar el armario, te has dado cuenta de que tienes prendas con la etiqueta puesta. No te has podido resistir, era una ganga. Pero luego, no te lo pones.

Ya sea porque no te gusta, no te queda bien, o, peor aún, porque ni te acordabas de que la tenías ahí, no importa, es el momento de deshacerte de ella.

Puedes donarla a una organización benéfica o regalársela a alguien que sabes que le va a gustar.

Y con la ropa que está deteriorada, haces dos montones, uno con ropa para desechar directamente y otro con ropa para arreglar.

Sin embargo, recuerda, es muy importante que no guardes de nuevo la ropa que tienes que arreglar, porque corres el riesgo de que acabe en el olvido.

Y, por último, el cuarto paso: Guardar de nuevo las prendas que has decidido conservar

Colocamos primero la que va colgada, según el orden en que nos vestimos y por categorías, si puede ser prenda por percha y con las perchas mirando hacia el interior.

En los cajones, igual, por categorías. Dependiendo del tamaño del cajón, podemos poner separadores o cajitas.

Si no sabes muy bien cómo tienes que doblar la ropa para evitar las arrugas, no desesperes, puedes ir a mi Instagram y ver los vídeos que he publicado sobre la forma correcta de hacerlo en mis historias destacadas.

Y hasta aquí, todos los pasos a seguir. Ahora bien, ¿qué pasa con tu fondo de armario teniendo en cuenta el cambio climático?

La verdad es que, el cambio climático está dificultando la decisión de qué prendas guardar en el altillo y qué prendas colgar en las perchas.

No es raro que en pleno febrero nos tengamos que poner algún día en manga corta o que las navidades no sean tan frías como antes y la parka de entretiempo sea suficiente abrigo.

Por eso debes reservar una pequeña zona del armario, para esas prendas comodín que nos valen para todo el año, como algunas prendas vaqueras o un par de camisetas básicas.

Un cambio de armario bien hecho puede ser lo mejor que te ha pasado en años, pero si es la primera vez que lo haces con orden, es posible que te sientas abrumada o abrumado y, por eso, te animo a que te pongas en contacto conmigo rellenando el formulario al final de este artículo.

Yo te ayudaré tanto si es tu primera vez, como si solo necesitas ayuda por la falta de tiempo.

Verás que, conmigo, esta tarea dejará de ser un rollo para pasar a ser un rato divertido, agradable y de liberación.